No hay humedad en el suelo para que la planta se nutra cuando comience a dar el estirón / El sector habla de una situación «crítica» si no llueve en las próximas semanas / Se han detectado ya algunos problemas sanitarios «no significativos»
Los agricultores de Castilla y León se mantienen alerta ante la «preocupante» situación del cereal, debido a la falta de humedad provocada por las escasas precipitaciones durante todo el invierno. De forma general, el desarrollo vegetal de la planta no está siendo el adecuado, especialmente en la zona de Tierra de Campos, como constata el presidente de ASAJA, Donaciano Dujo.
Este agricultor palentino afirma que la falta de lluvias ha provocado que el cereal haya nacido mal y, «aunque se salve y comience a llover», no se espera una buena cosecha. Al menos, no como la que se registró la campaña pasada. Una opinión que comparte Valentín García, de la Unión de Campesinos de Castilla y León, que tiene claro que el campo ha estado «aguantando» hasta ahora, pero, llegado este momento, «solo pierde día a día».
El sector afirma que el momento es «crítico» si no llueve en las próximas semanas. El trigo está encañado y, un aumento de las temperaturas, ahondará aún más en el déficit de las reservas de agua, de cara al estirón. «El cultivo tira hacia arriba y está encañando muy bajo debido a la sequía».
Sin ser del todo pesimistas, y conscientes del potencial, hay que decir con rotundidad que el campo necesita agua de forma urgente.
El profesional mira al cielo en estos momentos consciente de que solo un cambio meteorológico, es decir, que llueva «en condiciones», por encima de los 50 litros por metro cuadrado, cambiaría el panorama general. «Solo así podríamos salvar el año», según apunta Dujo.
Abril será un mes decisivo para marcar el ritmo definitivo de una campaña que ahora se afronta con gran inquietud, también en el regadío ante la escasas reservas en los pantanos. Por otra parte, es momento de vigilar el cultivo para detectar de forma temprana la presencia de enfermedades que amenacen la cosecha.
Por el momento, y como confirman desde el Servicio de Plagas del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León, Itacyl, «no se están detectando problemas sanitarios significativos». Se ha localizado alguna presencia de helmintosporiosis y rincosporiosis en cebada, y de septoria en trigos, aunque los técnicos aseguran que es algo «típico» y «normal» en esta época del año. Los niveles de detección no son de riesgo «por el momento», por lo que, en general, no entrarían en los umbrales para plantearse un tratamiento. Así lo subrayan desde el Itacyl que confirma también la aparición en algunas parcelas de pulgones de otoño y lema, algo que atribuyen a los «pocos fríos» registrados durante el invierno. Eso sí, explican que los niveles son en este caso también «bajos».
El agricultor debe estar, por tanto, muy atento a sus parcelas para actuar de forma preventiva. De esta forma, recomiendan, a priori, comprobar la evolución de los hongos mencionados. En el caso de que el profesional observe que lleguen a afectar a las tres últimas hojas, una vez estén encañando, entonces será el momento de plantearse el tratamiento.
Por otra parte, desde el Servicio de Plagas aconsejan vigilar la «posible aparición» de roya amarilla. Si bien aún no se está detectando, entramos en una época en que «es probable que aparezca y debe tratarse ante la aparición de los primeros síntomas». Se puede decir que, por el momento, el cereal no presenta problemas sanitarios importantes. Aún así, no se debe olvidar que las enfermedades foliares causadas por hongos constituyen uno de los principales factores limitantes del rendimiento y calidad de este cultivo.
La administración autonómica, a través de la Consejería de Agricultura y el Itacyl, mantiene un sistema de vigilancia y prevención de plagas en cereales de invierno desde hace dos campañas, aunque el objetivo es ir «más allá» de la detección precoz y emisión de avisos y recomendaciones en los casos necesarios.
De esta forma, la Junta trabaja en el desarrollo en paralelo de un sistema de transferencia de la información hacia el sector que garantice «una mayor productividad». Un sistema que contempla la creación de una Plataforma web, con la base informática de CartoDroid, que incluya la posibilidad de que cualquier agricultor de Castilla y León disponga, en cada momento, de la información actualizada del estado de situación, evolución y riesgos derivados de la problemática sanitaria de los cereales en su zona. Todo ello, junto a los umbrales de actuación y recomendaciones, «mediante una simple consulta vía telemática». En una segunda fase también se plantea implementar un sistema predictivo de riesgos a través de la modelización de la incidencia de las plagas con parámetros agroclimáticos.
En esta campaña se van a completar los trabajos necesarios para desarrollar una experiencia piloto cuyos resultados parciales se podrán ver en la página de Itacyl, a través del enlace del Observatorio de plagas y enfermedades agrícolas. El reto es que la plataforma web pueda estar ya completamente desarrollada y plenamente disposible para el sector en la campaña 2017/2018.
Los cereales de invierno (trigo, cebada, avena, centeno y triticale) son el grupo mayoritario en cuanto a superficie sembrada en Castilla y León. Según los datos de la Consejería de Agricultura, en la Comunidad se dedican aproximadamente 2,8 millones de hectáreas a cultivos herbáceos, el 84% en régimen de secano y el 16% en regadío. De ellas, el 70% lo ocupan los cereales de invierno, el 75% en el caso de los secanos y el 40% en el de los regadíos.
Precisamente, la importancia «estratégica» de estos cultivos, y la problemática fitosanitaria en las últimas campañas es lo que llevó a la administración a impulsar en Castilla y León la creación del sistema de prevención y vigilancia de plagas en cereales de invierno.
Así, por ejemplo, en la última campaña se emitieron avisos para septoria en trigos, helmintosporiosis en cebadas y avenas, rincosporiosis en cebadas, roya amarilla en trigos y triticales, nefasia, tronchaespigas y lema en todos los cerealesy gararapatillo «con especial atención en trigos destinados a panificación».
En la campaña actualmente en curso, se contempla el seguimiento de 560 recintos sembrados de cereal, principalmente trigos y cebadas, distribuidos en 59 zonas de vigilancia en 31 comarcas agrarias, «con una periodicidad máxima entre visitas quincenal».
Tal y como explican desde el Servicio de Plagas del Itacyl, cada inspección, o cada visita a un recinto implica la evaluación sistemática de sintomatología compatible con quince plagas y enfermedades. También se incluye la valoración de sus parámetros de presencia, incidencia y severidad, unido a capturas directas «en el caso de algunas plagas».
La prevención y control de plagas es, como indican desde la Consejería, una actividad «fundamental» y «prioritaria» , siempre de acuerdo a programas sostenible de gestión integrada. Es la forma de minimizar riesgos, tanto sobre la salud humana como el medio ambiente.
Fuente: DiariodeSoria
Los agricultores de Castilla y León se mantienen alerta ante la «preocupante» situación del cereal, debido a la falta de humedad provocada por las escasas precipitaciones durante todo el invierno. De forma general, el desarrollo vegetal de la planta no está siendo el adecuado, especialmente en la zona de Tierra de Campos, como constata el presidente de ASAJA, Donaciano Dujo.
Este agricultor palentino afirma que la falta de lluvias ha provocado que el cereal haya nacido mal y, «aunque se salve y comience a llover», no se espera una buena cosecha. Al menos, no como la que se registró la campaña pasada. Una opinión que comparte Valentín García, de la Unión de Campesinos de Castilla y León, que tiene claro que el campo ha estado «aguantando» hasta ahora, pero, llegado este momento, «solo pierde día a día».
El sector afirma que el momento es «crítico» si no llueve en las próximas semanas. El trigo está encañado y, un aumento de las temperaturas, ahondará aún más en el déficit de las reservas de agua, de cara al estirón. «El cultivo tira hacia arriba y está encañando muy bajo debido a la sequía».
Sin ser del todo pesimistas, y conscientes del potencial, hay que decir con rotundidad que el campo necesita agua de forma urgente.
El profesional mira al cielo en estos momentos consciente de que solo un cambio meteorológico, es decir, que llueva «en condiciones», por encima de los 50 litros por metro cuadrado, cambiaría el panorama general. «Solo así podríamos salvar el año», según apunta Dujo.
Abril será un mes decisivo para marcar el ritmo definitivo de una campaña que ahora se afronta con gran inquietud, también en el regadío ante la escasas reservas en los pantanos. Por otra parte, es momento de vigilar el cultivo para detectar de forma temprana la presencia de enfermedades que amenacen la cosecha.
Por el momento, y como confirman desde el Servicio de Plagas del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León, Itacyl, «no se están detectando problemas sanitarios significativos». Se ha localizado alguna presencia de helmintosporiosis y rincosporiosis en cebada, y de septoria en trigos, aunque los técnicos aseguran que es algo «típico» y «normal» en esta época del año. Los niveles de detección no son de riesgo «por el momento», por lo que, en general, no entrarían en los umbrales para plantearse un tratamiento. Así lo subrayan desde el Itacyl que confirma también la aparición en algunas parcelas de pulgones de otoño y lema, algo que atribuyen a los «pocos fríos» registrados durante el invierno. Eso sí, explican que los niveles son en este caso también «bajos».
El agricultor debe estar, por tanto, muy atento a sus parcelas para actuar de forma preventiva. De esta forma, recomiendan, a priori, comprobar la evolución de los hongos mencionados. En el caso de que el profesional observe que lleguen a afectar a las tres últimas hojas, una vez estén encañando, entonces será el momento de plantearse el tratamiento.
Por otra parte, desde el Servicio de Plagas aconsejan vigilar la «posible aparición» de roya amarilla. Si bien aún no se está detectando, entramos en una época en que «es probable que aparezca y debe tratarse ante la aparición de los primeros síntomas». Se puede decir que, por el momento, el cereal no presenta problemas sanitarios importantes. Aún así, no se debe olvidar que las enfermedades foliares causadas por hongos constituyen uno de los principales factores limitantes del rendimiento y calidad de este cultivo.
La administración autonómica, a través de la Consejería de Agricultura y el Itacyl, mantiene un sistema de vigilancia y prevención de plagas en cereales de invierno desde hace dos campañas, aunque el objetivo es ir «más allá» de la detección precoz y emisión de avisos y recomendaciones en los casos necesarios.
De esta forma, la Junta trabaja en el desarrollo en paralelo de un sistema de transferencia de la información hacia el sector que garantice «una mayor productividad». Un sistema que contempla la creación de una Plataforma web, con la base informática de CartoDroid, que incluya la posibilidad de que cualquier agricultor de Castilla y León disponga, en cada momento, de la información actualizada del estado de situación, evolución y riesgos derivados de la problemática sanitaria de los cereales en su zona. Todo ello, junto a los umbrales de actuación y recomendaciones, «mediante una simple consulta vía telemática». En una segunda fase también se plantea implementar un sistema predictivo de riesgos a través de la modelización de la incidencia de las plagas con parámetros agroclimáticos.
En esta campaña se van a completar los trabajos necesarios para desarrollar una experiencia piloto cuyos resultados parciales se podrán ver en la página de Itacyl, a través del enlace del Observatorio de plagas y enfermedades agrícolas. El reto es que la plataforma web pueda estar ya completamente desarrollada y plenamente disposible para el sector en la campaña 2017/2018.
Los cereales de invierno (trigo, cebada, avena, centeno y triticale) son el grupo mayoritario en cuanto a superficie sembrada en Castilla y León. Según los datos de la Consejería de Agricultura, en la Comunidad se dedican aproximadamente 2,8 millones de hectáreas a cultivos herbáceos, el 84% en régimen de secano y el 16% en regadío. De ellas, el 70% lo ocupan los cereales de invierno, el 75% en el caso de los secanos y el 40% en el de los regadíos.
Precisamente, la importancia «estratégica» de estos cultivos, y la problemática fitosanitaria en las últimas campañas es lo que llevó a la administración a impulsar en Castilla y León la creación del sistema de prevención y vigilancia de plagas en cereales de invierno.
Así, por ejemplo, en la última campaña se emitieron avisos para septoria en trigos, helmintosporiosis en cebadas y avenas, rincosporiosis en cebadas, roya amarilla en trigos y triticales, nefasia, tronchaespigas y lema en todos los cerealesy gararapatillo «con especial atención en trigos destinados a panificación».
En la campaña actualmente en curso, se contempla el seguimiento de 560 recintos sembrados de cereal, principalmente trigos y cebadas, distribuidos en 59 zonas de vigilancia en 31 comarcas agrarias, «con una periodicidad máxima entre visitas quincenal».
Tal y como explican desde el Servicio de Plagas del Itacyl, cada inspección, o cada visita a un recinto implica la evaluación sistemática de sintomatología compatible con quince plagas y enfermedades. También se incluye la valoración de sus parámetros de presencia, incidencia y severidad, unido a capturas directas «en el caso de algunas plagas».
La prevención y control de plagas es, como indican desde la Consejería, una actividad «fundamental» y «prioritaria» , siempre de acuerdo a programas sostenible de gestión integrada. Es la forma de minimizar riesgos, tanto sobre la salud humana como el medio ambiente.
Fuente: DiariodeSoria
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